Mucho tiempo antes de la llegada de las marcas surcoreanas al Perú, en la década de los noventa, empresas estadounidenses, alemanas y luego japonesas, lideraban el mercado de electrodomésticos peruano. Pero con el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado se cerraron el paso a las importaciones, por lo que muchas empresas se vieron en la necesidad de producir localmente. Ese fue el caso de Moraveco que nació de la mano de Samuel Drasinnower, quien producía una importante línea de carrocerías y otras líneas de la industria metal-mecánica, haciéndose conocida en el mercado peruano e ingresó al rubro de los electrodomésticos en la década de los setenta precisamente como consecuencia de la prohibición impuesta por los militares. En efecto, averiguando su historia me entere que desde entonces Moraveco comenzó a tener su propia línea de refrigeradoras y de cocinas. En el caso de la primera, estas eran de buena calidad, a tal punto que al día de hoy conozco alguna que aun sigue funcionando como si nada. Tal como detalle en la nota anterior, aparte del cambio del jebe de la puerta y una pintada, quedo como nueva. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de la empresa, que termino siendo estatizada por el régimen velasquista y desmantelada completamente, mandándola como es lógico suponer, a la ruina mas absoluta y su virtual desaparición de la manera mas absurda. Si bien es cierto que posteriormente, a mediados de 1985, al final el gobierno de Belaunde se trató de reactivarla, no hubo éxito alguno. Pero con la llegada al poder del impresentable bufón aprista Alan García Pérez ese mismo año, se creó con lo que quedaba de ella, otra empresa estatal, llamada Etramsa, que lo mandó definitivamente a la quiebra. Es así como Moraveco desapareció del mercado, y con el, una industria propia de electrodomésticos que tenía mucho futuro. Sin embargo de esa época oscura quedaron al día de hoy no pocos ejemplos, como sus famosas refrigeradoras que no tenían competencia, por la sencilla razón que en ese tiempo las importaciones estaban prohibidas. Así y todo, las “Moraveco” - como fueron conocidas - eran buenas en todo sentido. Y no va a ser (Al actualizar esta nota, que es muy visitada, desafortunadamente no puede ser acompañada por su respectivo vídeo, ya que no existe. Espero que les agrade la captura de pantalla como reemplazo para la ocasión ¿vale?) :)