Su sola presencia en las encuestas con altos índices de aprobación que incluso duplica al del presidente Ollanta Humala, ha llenado de pánico tanto a los sectores conservadores como a los integrantes de la mafia criminal aprofujimorista, quienes ven con angustia como sus planes de retornar al poder en el 2016 se van esfumando irremediablemente ante quien sin haber entrado en campaña como aquellos -
a pesar que aun falta mucho para las próximas elecciones generales - ya se encuentra como uno de los favoritos. Nos referimos al pintoresco ministro del Interior Daniel Urresti. Venga ya, debo confesaros que me ha sorprendido el apoyo constante que dicho ministro recibe de parte de la ciudadanía desde hace mucho tiempo y es que con sus ocurrencias y sus constantes apariciones en la TV
(que le han valido el apodo de “figurresti”) ha sabido ganarse al común de los peruanos, quienes ven en el -
a diferencia de otros mediocres ministros de regímenes pasados que pasaron por esa cartera y que ahora se la dan de “analistas” en la prensa basura, donde destilan su odio contra el - que el si se preocupa en combatir el crimen y hace acto de presencia a la hora de presentar a los “peces gordos” ante la prensa. Precisamente esta semana, Augusto Álvarez Rodrich le dedico en La República una de sus columnas, el cual he decidido reproducirlo entrecomillado debido a su interés ¿vale? : “El ministro de Defensa, Pedro Cateriano, se refirió hace un par de semanas a su colega del Interior como ‘el fenómeno Urresti’, y quizá no le falte razón si se observa la reacción de la opinión pública a su desempeño, la cual contrasta con la visión de la mayoría de analistas locales. Daniel Urresti se ha convertido, en efecto, en uno de los principales baluartes políticos de un gobierno que anda alicaído en, precisamente, el pantanoso terreno de la política.
Lo confirma la última encuesta de GfK publicada por La República el último domingo que lo coloca como el ministro más popular del gabinete y como eventual candidato presidencial que, en el año 2016, le ganaría nada menos que al bufón aprista Alan García en una eventual segunda vuelta. A pesar de no haber indicadores objetivos de que durante este gobierno se ha producido una mejora sustantiva de la seguridad ciudadana el 48% de los encuestados por GfK aprueba el desempeño del ministro Urresti, un registro que es el doble de la aprobación del presidente Ollanta Humala. La ‘percepción’ ciudadana del trabajo de Urresti es positiva, al punto que el 61% considera que sí se está luchando contra la delincuencia y el crimen organizado, mientras que el 69% opina que la seguridad ciudadana va a mejorar en el futuro.
Este hecho ha llevado a que Urresti sea considerado por algunos analistas como un buen candidato presidencial del gobierno en el año 2016, porque no solo le ganaría al bufón aprista Alan García, sino que con una buena campaña haría lo propio con Keiko Fujimori (la hija de un despreciable genocida condenado a 25 años de Lesa Humanidad). ¿Le molestará al presidente Humala que su ministro sea el doble de popular que él? Probablemente no, mientras Urresti no haga exhibición de tener un juego propio, algo de lo que se ha cuidado mucho al expresar, en todo momento, su subordinación a Palacio. Mientras ello no ocurra, el ministro del Interior le sirve para ayudar a la popularidad del gobierno y, por tanto, a la suya.
Todo esto refleja, por si muchos políticos no se habían dado cuenta, que la seguridad ciudadana es hoy el principal problema de los peruanos, a la mayoría de los cuales no los ilusiona mucho un planteamiento sofisticado sobre la seguridad, con reformas y planes de largo alcance, si no solo acciones específicas y efectistas que hagan frente al crimen organizado. Finalmente, estas encuestas sobre Urresti reflejan que, a diferencia de lo ocurrido en el pasado reciente, el candidato del gobierno puede ser el gran protagonista en las elecciones del 2016” Hasta allí la nota. Personalmente me parece apresurado lanzar candidatos con tanto tiempo de anticipación, ya que sería aprovechado por la prensa basura -
liderados por ese pasquín tercermundista de El Comercio - para tratar de “bajárselo” a como de lugar y ello podemos verlo estos días en esas inmundas publicaciones donde unos pobres diablos asalariados de la mafia - y todos saben a que parásitos me refiero – han comenzado con su sucia tarea de demolición, como por ejemplo criticarlo por haber anunciado que a partir del 2015 la policía no dará seguridad a los partidos del fútbol, que como el propio Burga repite una y otra vez “son espectáculos privados y que el Estado no tiene porque meterse en el ”. Entonces ¿no es dable que pague de su bolsillo por ello? ¿Porque tenemos que hacerlo nosotros con nuestros impuestos?.
Si bien Urresti me parece algo populista para mi gusto, puede ser un buen candidato. El solo hecho que produzca escalofríos entre los integrantes de la mafia homicida y de la derecha mil veces fracasada ya es un buen síntoma ¿no os parece? :)