En otra semana en el cual se sigue hablando hasta el hartazgo del diferendo marítimo con Chile -
el cual es manipulado por todos los sectores para sacar provecho político de ello - es patético ver a una menuda banda de impresentables pretendiendo dar lecciones de “patriotismo” cuando tienen un oscuro pasado que no los hace ejemplo de nada. Venga ya, si que son pesados con ese tema, relegando otros de mayor importancia, como la lucha implacable contra la mafia criminal aprofujimorista, en la cual no puede existir pausa alguna. Es por eso que en esta oportunidad quisiera recordar un curioso episodio poco conocido en el Perú y mucho menos fuera de sus fronteras, que es bueno rescatar del olvido para evitar que vuelva a repetirse.Sucede que estando de visita en el Cuzco tuve una anécdota que quisiera compartirla con ustedes y que sucedió en noviembre del 2010, del cual escribí por esa fecha una nota en “Crónicas del Basurero” - nuestro hermano mayor – y que a pesar del tiempo transcurrido, mantiene su vigencia, ya que la amenaza de la mafia homicida sigue presente en el Perú: Resulta que al salir del hotel ubicado en Las Nazarenas junto a unos pijos para visitar la ciudad, bajando por la Cuesta del Almirante, entramos a una librería que se encuentra en los portales de la Plaza Mayor para comprar guías de viaje y de paso ver que es lo que ofrecían , cual no seria mi sorpresa que al estar revisándolos, vi que entre las postales que se encontraban en el mostrador, una estatua de alguien que me parecía conocido y al verlo detenidamente, se trataba nada menos que de Kenyo Fujimori, el mas despreciable ladrón y homicida que haya gobernado el Perú. En efecto, se trataba de este infame asesino -
condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad - y debo reconocer que como durante su sangriento régimen vivía en la Península, no me imaginaba que semejante espécimen hubiese tenido alguna vez un monumento. Según pude leer a la vuelta de la fotografía, esta se encontraba ubicada en la localidad de Pacaicasa (Ayacucho) pero afortunadamente ya no existía más. Agradecí a la Providencia por habérmela hecho llegar de una manera fortuita y una vez en de regreso en Lima - con lo curioso que soy - me di a la tarea de revisar archivos de desaparecidos diarios de la época y encontré lo que buscaba para preparar esta nota a mi estilo ¿vale?: Según informo el desaparecido diario El Sol, y reproducidos en otros diarios de ese entonces, efectivamente, el sátrapa tuvo una estatua levantada “en su honor”(?). Tal como lo leen, como si se viviera en alguna de esas extintas dictaduras comunistas , en la cual aquellos déspotas que gobernaban con mano de hierro se levantaban deformes y horribles estatuas en vida -
“arte socialista” le decían, me descojono con solo pensarlo - aquí en este país de pandereta no podían ser menos y ese grosero Culto a la Personalidad llegó a su clímax con ese cleptócrata de origen japonés , aunque en honor a la verdad no fue nada original, ya que este tuvo un antecesor que hizo lo mismo a comienzos del siglo pasado, llamado Augusto B. Leguía, otro golpista que estableció un régimen autoritario en 1919 , que duro hasta su violento derrocamiento en 1930, muriendo poco después en la Penitenciaria de Lima a manos de sus carceleros y en la mas completa ignominia. Este tirano de triste final, también se levantó en la avenida Arequipa - por entonces llamada avenida Leguía - una grotesca estatua , la cual dicho sea de paso, fue derribada tras su caída, y el mismo destino corrió su casa, saqueada e incendiada por una furiosa turba, que celebró de esa manera el final del Oncenio. Volviendo al tema de fondo, la estatua de Fujimori, esta fue inaugurada el año de 1996 en la localidad ayacuchana de Pacaicasa, tenía 2.20 mts. de alto y estaba hecha de bronce fundido, realizada por uno de esos felipillos que nunca faltan en la Historia del Perú, el cual a modo de excusa declaró el día de su inauguración: "Lo mejor que se puede merecer este mandatario es ser inmortalizado, ya que desea lo mejor no sólo para Ayacucho, sino también para la serranía en general" (?), según publicó en primera plana el ya citado diario El Sol, del cual saque estos datos de interés. Dicho esperpento fue colocado en el Cerro Tatanqoro, en Pacaicasa , donde - según los planes iniciales - “se iba a levantar el Mirador Alberto Fujimori".El alcalde del lugar agradeció al artista la donación de la escultura y expreso su deseo de que su ciudad "se convierta en uno de los centros turísticos más importantes del país".Y agregó con orgullo mal disimulado: "Pacaicasa es el único lugar a nivel nacional que cuenta con un monumento al Presidente, realizado en honor a la Pacificación lograda por su gobierno".(¿?) Basta de chorradas, que me enferman.
Demás esta decir que esa monstruosidad tuvo corta vida. Tras el estallido del escándalo de los “Vladivideos” que ocasionaron la caída del régimen y la vergonzosa fuga del país del criminal, una multitud de espontáneos manifestantes derribaron la escultura y con una gruesa cadena al cuello, fue arrastrada por las calles de Ayacucho y decapitada en la Plaza Mayor de esa ciudad. Hoy nada queda de aquella muestra de servilismo político que no debe repetirse jamás. :)