Venga ya, cuando lo vi por primera vez me dije ¿pero esto que es? Se trataba de un perro de piel negra que únicamente tenia un mechón de pelo en la cabeza, así como en la punta de la cola. Es el llamado perro peruano sin pelo o ‘viringo’, originario de este país, ya que desde hace más de tres mil años habitaba estas tierras, tal como lo demuestran las evidencias arqueológicas de las culturas Chavín, Mochica y Wari, entre otras donde aparece representado, tanto en sus frisos como en su cerámica. En 1987 el arqueólogo Walter Alva descubrió en el centro de una gran plataforma conocida como "Huaca Rajada", la tumba de un personaje importante mochica a quien llamó el Señor de Sipán, que descansaba en una caja mortuoria, rodeado de los esqueletos de ocho varones, dos mujeres … y un perro. El nombre viringo parece ser el original usado por los mochicas, cuyos descendientes (entre Piura y Trujillo) hasta el día de hoy los nombran así. Estos perros cumplieron un rol importante dentro de las costumbres y mitos de los incas. Las crónicas de la época de la conquista española y la colonia dieron testimonio de la presencia de los viringos. La gente del campo conservó el perro sin pelo, asociado a su cultura propia y lo usó para fines medicinales. Pero ¿cómo llegó a esta parte del mundo? Ese es un misterio. Lo cierto es que fue la compañía de los antiguos peruanos. Es una de las pocas razas que se ha mantenido pura a pesar de que, hace poco más de un siglo, estuvo a punto de extinguirse. Así lo ha reconocido la Federación Cinológica Internacional (FCI), con sede en Bélgica, que el 12 de junio de 1985 la registró con el número 310 y la clasificó en el grupo V, tipo Spitz, y en la sección 6, donde se ubican los perros primitivos. El 22 de octubre de 2001, el Congreso de la República lo reconoció como Patrimonio Nacional del Perú a través del Decreto Ley N° 27537. Ese mismo año, el Instituto Nacional de Cultura dispuso que todos los museos del país contaran, al menos, con uno de estos ejemplares. Su fama ha trascendido fronteras. Hoy se ha convertido en una mascota muy codiciada en Europa, en Estados Unidos y en Asia, pese a que, en el Perú, aún es mirada con algo de desdén. No es una raza de pelea ni agresiva. Todo lo contrario, es una excelente compañía que incorpora una ventaja adicional: al no tener pelaje, no se le ‘pegan’ las pulgas :)