Venga ya, menuda semana que hubo en el Perú donde el ambiente político continuaba agitado por una intensa campaña mediática de la prensa basura -
fiel servidor de los intereses chilenos en el país - debido al interés del gobierno de adquirir el 51% de las acciones de compañía española REPSOL y hacerse del control de la refinería de La Pampilla. A pesar de que se dio a conocer el pasado domingo unas declaraciones del señor Humala en el sentido de que antes de tomar una decisión al respecto, primero iba a realizarse una exhaustiva evaluación técnica, económica y financiera para saber si era o no conveniente para los intereses del país - el cual podría imaginarse que tomaría tiempo hacerlo - sorpresivamente se dio a conocer que desistía de su intento de adquirirlo, lo cual ha ido visto como un “retroceso” de su parte debido a las presiones de los sectores empresariales y la de su propio ministro de economía, el señor Castilla, que se oponían ferozmente a la operación. En efecto, Petroperú informo este jueves que “como producto de una evaluación técnica y económica el Directorio en sesión acordó no continuar participando en el referido proceso”, según un escueto comunicado la empresa estatal. Como es sabido, REPSOL es una empresa con múltiples problemas financieros debido a la nacionalización de su filial argentina, así como por la grave crisis económica que atraviesa España, lo cual le ha obligado a deshacerse de sus activos en países marginales como el Perú para hacer caja. Así, con el Estado peruano fuera de juego, los chilenos a través de sus testaferros del Grupo Romero,
(que con Primax ya controlan el 35% del mercado) se harán con el control total de la misma, para beneplácito de una derecha cavernaria y retrograda al cual no le interesa el peligro que ello implica. Pero allí no acaba la cosa, ya que el señor Humala ha quedado peor parado tras las declaraciones de su esposa Nadine Heredia – que es quien realmente gobierna este país - la cual dijo premonitoriamente “que si los números no dan, lo de Repsol no va”, tal como efectivamente se dio a conocer el jueves. En una palabra, ella decidió por si y ante si, quizás para no perjudicar su inocultable deseo de reelegirse en el 2016, al cual por cierto no tiene prohibición alguna de hacerlo, ya que la Constitución se lo permite. Si bien existe una ley electoral que afirma lo contrario, esta no puede estar por encima de la Carta Magna, afirmaron varios juristas consultados al respecto.
Lo triste de todo es que con estos vaivenes, el gobierno demuestra un gran desorden - en el cual ni sus ministros se ponen de acuerdo- y no es confiable en absoluto, Quizá esto solo haya sido un globo de ensayo para ver las reacciones de los principales perjudicados con la medida, para lo que se viene luego. A la actual pareja presidencial solo le interesa el poder y van a hacer todo lo posible para mantenerse en Palacio. A los que hoy celebran victoria, no se confíen que en cualquier momento les tocará a ustedes. Ollanta Humala ha demostrado que no tiene palabra. Pobre hombre :(
