Venga ya, no saben como me descojono al ver los telediarios y leer la prensa basura de este país bananero, a raíz de los luctuosos sucesos ocurridos en Venezuela, donde la derecha fascista -
digitada por los EE.UU - ha desatado una ola de violencia con el objetivo de desestabilizar el país y provocar un sangriento Golpe de Estado como el sucedido en Chile en 1973. Lo más patético de todo es la ridícula postura asumida por la casi totalidad de los medios de comunicación, así como de aquellos pseudoperiodistas a sueldo que repiten hasta el cansancio el mismo libreto enviado por la embajada estadounidense e impresentables políticos de oscuro pasado, como el bufón Alan García Pérez y los demás integrantes de la mafia criminal aprofujimorista, así como esa derecha mil veces fracasada
(aquellos que nunca han ganado unas elecciones, pero cual parásitos que son, se suben al coche ganador para disfrutar de las delicias del Poder), quienes virtualmente se han desgarrado las vestiduras exclamando a los cuatro vientos por el supuesto autoritarismo del gobierno del señor Nicolás Maduro, cuando lo único que esta haciendo es aplicar todo el peso de la Ley a esa banda de fascistas. Es por eso que no dejo de sorprenderme al ver el cinismo de aquellos “demócratas” que destilan a diario su odio visceral contra el régimen venezolano –
demostrado una grosera injerencia en un país soberano - autoproclamándose como “defensores de la libertad de expresión y de los Derechos Humanos” (?) cuando son los mismos quienes aplaudieron en 1992 el autogolpe de Kenyo Fujimori, el cual instauro una sangrienta dictadura en el Perú
(donde la corrupción, el Genocidio y el saqueo generalizado de las Arcas Públicas fueron moneda corriente en esos aciagos días) y por los que fue condenado en un proceso ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Es por ello que me hago las siguientes preguntas: ¿Que credibilidad pueden tener quienes hoy satanizan al régimen venezolano, cuando al mismo tiempo exigen a voz en cuello la liberación de ese despreciable ladrón y homicida de origen japonés, buscando con ello la impunidad de sus delitos, y que precisamente se vendieron por unos cuantos millones de dólares a ese régimen asesino, hecho que quedo inmortalizado en los tristemente célebres “Vladivídeos”? ¿Cómo pueden autoproclamarse como “defensores de la libertad de expresión” cuando en el Perú existe una escandalosa concentración de medios de comunicación en manos del Grupo El Comercio para desinformar a la población con sus vomitivas campañas mediáticas? ¿A quien pretenden engañar con su tan cacareada “objetividad“ cuando por todos es sabido que apoyan entusiastamente la campaña electorera de Alan García para el 2016, minimizando las gravísimas acusaciones en su contra respecto a su responsabilidad manifiesta en varios delitos como los “narcoindultos” por los cuales debe terminar sus días en la cárcel junto a Fujimori?
¿Qué autoridad moral pueden tener esos sectores a inmiscuirse en los asuntos internos de otro país? A que no tienen ningún derecho. Dejemos que sean los propios venezolanos quienes defiendan su Revolución y aplasten la intentona golpista de los fascistas financiados por Washington. Lo que no quieren entender es que es el pueblo venezolano quien esta dispuesto a defender con su vida la Revolución y que no se sienten representados por aquellos sectores acomodados y de la clase media que son los únicos que protestan violentamente en las calles y se ve en los telediarios, utilizados como carne de cañón por quienes pretenden volver al Poder del cual fueron echados a patadas en 1999. Ni un pasó atrás, la Revolución vive y vencerá :)