En el Perú existen diversos destinos increíbles que parecen salidos de una película de ciencia ficción. Uno de ellos es el enigmático bosque de piedras que se encuentra en el distrito de Macusani, ubicado en la provincia de Carabaya, en Puno. Dentro de este territorio se halla una maravilla natural, como muchas que hay a lo largo de la Cordillera de los Andes en gran parte localizadas en sitios inhóspitos y de difícil acceso, pero que son conocidas por aquellos viajeros que se han atrevido a llegar a los lugares donde se ubican exponiendo su vida para ello. En cuanto a Macusani, este particular bosque se compone de majestuosas rocas de diferentes tamaños y formas, que parecen constituir una ciudad pétrea. No faltan por ello quienes afirman que estas gigantescas piedras (desgastadas por las fuertes corrientes de viento que existen en la zona) logran formar figuras humanas y de animales. A este atractivo natural se añade un verde paisaje que contrasta con la belleza de las formaciones rocosas. Pero, lo que más llama la atención de los visitantes luego de apreciar las gigantescas rocas, son las pinturas rupestres que dejaron los antiguos pobladores del lugar. Según los expertos, estas manifestaciones artísticas tendrían unos 8.000 años de antigüedad. Sin lugar a dudas, este es un territorio que demuestra la existencia de antiguas civilizaciones que se asentaron en este lugar tan remoto. No es de extrañar por ese motivo, que existan varias leyendas acerca de su origen. Una de las más conocidas, relata que estas formaciones son el producto de una batalla entre los primeros hombres que habitaron el lugar y los dioses, a quienes pretendieron disputarle el control de tan estratégico lugar. Se piensa que el ejército de guerreros quedó petrificado ante los poderes de las deidades quienes decidieron castigarlos por su osadía. Durante el recorrido por este singular espacio natural pueden verse además las afloraciones de piedra volcánica que son un verdadero espectáculo. Asimismo, estas gigantescas rocas forman una especie de laberintos en los que uno puede quedar inmerso al recorrerlas. Pero, lo más emocionante de este viaje es intentar descifrar las figuras de las piedras y, por supuesto, contemplar su belleza paisajística. Cabe recordar que para explorar este lugar, se deben tener algunas medidas de seguridad. La mejor época del año para visitarla es entre los meses de abril y octubre porque es temporada seca. De otro lado, al ser de difícil acceso y ser un lugar poco explorado, no existen agencias de viaje que lleguen al lugar, por lo cual es recomendable contratar los servicios de un guía local. Asimismo, al estar ubicado a los a 4,315 m.s.n.m., es importante ir bien abrigado ya que la temperatura en la zona puede llegar a descender demasiado. Pero si ya estas preparado para la aventura, nada te puede detener en tu viaje a lo desconocido. En el mundo existen colosales estructuras - como los que podemos ver al final de la nota - que son una gran atracción y que son visitados por miles ¿Porque en el Perú no puede ser igual? Conoce tu país :)