Como sabéis, el pasado 12 de septiembre, día de los Defensores de la Democracia en el país andino, tenía este año un especial significado al conmemorarse los 30 años de la captura del genocida Abimael Guzmán, cabecilla del grupo terrorista Sendero Luminoso que baño de sangre al Perú, quien condenado por sus monstruosos crímenes a Cadena Perpetua en 1992, murió en la cárcel el año pasado, cuyos herederos con Pedro Castillo a la cabeza - gracias al fraude - actualmente usurpan el poder. Pero a la permanente crisis política en el que se debate el Perú, se superpuso un acontecimiento coyuntural, pero también de gran importancia: la elección de un nuevo presidente del Congreso. En Palacio de Gobierno, horas antes de ambos eventos, Castillo, en un acto público acompañado solamente del cuestionado congresista Guillermo Bermejo (con conocidos lazos con el narcoterrorismo) y del impresentable primer ministro Aníbal Torres, se reunió con líderes de comunidades indígenas ashánincas. Parecía que para ellos se venía un día de festejos; al fin y al cabo, los tres habían planificado la crisis. Cabe precisar que el audio de César Acuña que terminó con la censura de Lady Camones no es para enorgullecer a nadie. Una conversación privada de un grupo partidario que da cuenta de algo tan cuestionable como frecuente en la política: el poder adquirido se usa de mala manera para tratar de obtener más poder. Pero de allí a censurar a la presidenta del Congreso, que no había hecho nada en el sentido de lo que se le pedía, había mucho trecho y permitió lo que se parecía era una victoria política importante para el mencionado trío delincuencial. ¿Fue una “infiltrada” de APP quien grabó la conversación? Obviamente esa es la sensación que se tiene y por ello la responsable de haberlo filtrado - quien sospechosamente se reunió previamente con Castillo antes que se diera a conocer el audio - fue expulsada de su partido, pero el daño ya estaba hecho. Aunque hay quienes piensan en una teoría bastante más siniestra. La tecnología para que la grabación pueda haber sido realizada por terceros sobra. Y el hecho de abusar del poder y utilizar métodos vedados para saber lo que piensa el adversario no se detuvo con Montesinos y ha tenido a más de un imitador. ¿Castillo y sus secuaces podrían haber recurrido a métodos similares? No sería de extrañar esa posibilidad, más aun cuando estamos ante un oscuro individuo como Castillo - alias ‘prosor’ - acusado por la Fiscalía de la Nación de liderar una organización criminal denominada La Chota Nostra y que actúa en función de lograr la impunidad de sus múltiples delitos, que terminen por llevarlo a Challapalca, El Frontón o mejor aún, a ocupar la celda en la Base Naval que en vida fue utilizada por su idolatrado líder Abimael Guzmán. Se trata de un miserable de la más baja estofa, quien por obtener algo de popularidad, fue capaz de llevar a decenas de niños a Palacio, presentándolos como “enfermos de cáncer” - cuando no lo eran - y anunciando, enorme cheque en mano, más de S/4.000 millones “para ayudarlos” pero nada de ello ocurrió. Fue una inhumana burla para los que sufren el horror de tener a sus niños viviendo ese drama. Por ello hay quienes están convencidos que si ese analfabeto fue capaz de esa bajeza, también podría haber grabado subrepticiamente el audio que provoco la caída de Camones. Pero más allá de este ejercicio teórico, es más que evidente que este se había grabado para favorecer al régimen y le sacaron todo el jugo posible. Obsérvese, si no, la secuencia de los hechos. Revelado por Epicentro (un portal "alternativo"), ese mismo día Bermejo, que bien podría estar aconsejándolo para que se deje “de pelotudeces democráticas”, planteo la urgencia ética de que “toda la directiva renuncie por el audio”. Al día siguiente, el domingo, compitiendo con los programas políticos, el Gabinete Ministerial se presento en pleno “exigiendo” la renuncia de Camones. Ojo, no fueron las bancadas oficialistas, en un asunto que, en todo caso, era congresal. Y al día siguiente, con apoyo de parte de una adormecida oposición, ella es censurada. La historia bien pudo terminar con el nombramiento del acciopopulista Aragón, con amplio apoyo de ‘los Niños’ de su partido, traidores vendidos al régimen. Pero Vladimir Cerrón ordenó a sus 16 fieles votar en abstención (una decisión que encierra varios mensajes y ninguno halagüeño para Castillo); ello, sumado al apoyo de algunas bancadas menores en segunda vuelta, permitió al general José Williams - con bastante más peso en la sociedad que sus predecesoras y parte del bloque más duro de la oposición - una holgada victoria. Una razón adicional para que Castillo se sienta muy incómodo con Williams es que este promovió la ley que le da dos años de permanencia al comandante general de la PNP, cargo que, por cosas del destino, ha caído en un oficial de excelente trayectoria que podría hacerle mucho bien a su institución… y varios dolores de cabeza al usurpador y su banda delincuencial. Por cierto, el mismo 12 de septiembre, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas - enviándole una señal de advertencia al régimen - condecoraba al teniente general PNP Vera Llerena, sacado de muy mala manera del cargo por Castillo hace pocas semanas. Ahí no acaban las desdichas para este vil sujeto. Al mediodía, Castillo llegó a la ceremonia donde homenajeaban a los miembros del GEIN, a los mismos que, rompiendo la tradición de los últimos años, les impidió desfilar el 29 de julio. La gran mayoría de ellos apenas lo vieron llegar, se retiraron en abierto desplante, exigiendo a gritos su renuncia. Pero en horas de la noche, el coronel Harvey Colchado experimentó un nuevo episodio de la venganza de Castillo, por haber allanado Palacio de Gobierno, para capturar a la delincuente de su cuñada, que se había refugiado allí. Es así como el cuestionado director de Inteligencia de la Digimin, Luis Sánchez Lira, decide (por ordenes de ya saben quién) sacarlo de la División de Búsquedas. La movida aborta cuando sale la fiscal Marita Barreto describiendo lo hecho como un grave atentado a las investigaciones y una decisión arbitraria y obstruccionista del ministro. Huerta, que parece haber cobrado consciencia sobre lo precario de su situación, decide recular y tratar de salvar su ya maltratado pellejo. Fue una derrota clamorosa para el oficialismo en todo sentido. Cabe advertir por ultimo que la fracasada remoción de Colchado y su inmediata reposición no puede quedar solo como “que aquí no paso nada” por lo que merece ser investigado y sancionado ejemplarmente. Aquí lo que ha ocurrido es que el régimen se ha visto forzado a retroceder al ver que la condena generalizada de los ciudadanos, del equipo especial de fiscales encargado de las pesquisas contra los familiares y allegados del usurpador del cargo, y de instituciones como la Defensoría del Pueblo era prácticamente unánime, además de las consecuencias legales para los implicados en esa burda maniobra obstruccionista de la justicia. Por lo que, lejos de calmar las aguas, lo ocurrido con el coronel Colchado debería más bien encender todas las alarmas, en la medida en que es una advertencia de hasta dónde está dispuesto a llegar Castillo con tal de proteger a sus secuaces y a el mismo ante el avance de las investigaciones fiscales, que ya se encuentran en su recta final, por lo que están dispuestos a echar mano de todos los recursos - sin importar su legalidad - que puedan hasta verlo caer. En ese sentido, sería un error que el Congreso interprete los sucesos de los últimos dos días solo como un desliz del Mininter. Aquí no ha habido mandos policiales tomando decisiones sin consultar con el ministro del sector, Willy Huerta, ni a espaldas del Ejecutivo como del oficialismo quieren hacer creer. Aquí lo que ha habido es un uso abusivo del poder y un evidente acto de perturbación de la acción de la justicia que, cuando menos, debería servir para que la representación nacional censure de inmediato al ministro Huerta. No se puede pasar página ante una acción flagrantemente obstruccionista con tanta facilidad. Y si el régimen cree que sí, es deber del Congreso hacerle saber lo contrario :)