La reciente extradición de Alejandro Toledo desde los EE.UU. y la prisión preventiva que se le impuso por 18 meses, a la espera de un juicio por corrupción y lavado de dinero en el marco del escándalo Odebrecht - que le puede acarrear hasta 20 años de cárcel - encuentra al Perú en medio de un clima de alta volatilidad, tras la ignominiosa caída del régimen filosenderista de Pedro Castillo (alias Abimael 2.0) el pasado 7 de diciembre y la consiguiente asonada terrorista organizada por sus ‘camaradas’ de Sendero Luminoso, soliviantando a una indiada ignorante para que realicen en dos oportunidades “la toma de Lima” (?) con el claro objetivo de reponer a ese delincuente golpista en el cargo apelando a la violencia extrema, ocasionando la muerte de decenas de terroristas, fracasando miserablemente en su intento. Triunfo la democracia, pero la paz aún es frágil, por lo que hay estar en permanente vigilancia para desbaratar sus infames planes subversivos si pretenden volver a llevarlos a cabo. De esta manera, con tres expresidentes encarcelados y otros procesados, el país andino bate un curioso - y triste - récord en lo que a la persecución judicial de exmandatarios se refiere que no repite en ningún otro lugar. Parece que ser elegidos como presidentes en el Perú les da patente de corso para robar a manos llenas al Estado. En este aspecto Castillo ha sido el peor de todos, ya que programo el saqueo de las Arcas Públicas en la casa de Sarratea, incluso desde antes de asumir el cargo. “¿Somos el país más corrupto de América Latina? ¿O es quizás el único país en el que la Fiscalía y el Poder Judicial han empezado a trabajar de manera más independiente de los políticos, con una autonomía que ha llevado a muchos al banquillo de los acusados?” Son preguntas que plantea Fernando Tuesta, politólogo de la Pontificia Universidad Católica de Perú. Y hace notar, en este contexto, que "en otros países encontramos como excepción lo que acá parece una regla”. La lista es larga: Kenyo Fujimori cumple una condena a 25 años de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad, en la prisión de la DIROES. Allí se encuentra igualmente Pedro Castillo, en prisión preventiva de 36 meses, acusado de corrupción y rebelión, y ahora se les ha sumado también Alejandro Toledo. Otro expresidente, Alan García, se suicidó antes de ser detenido por la policía que lo tenían rodeado en su guarida . Fernando Belaúnde y Francisco Morales Bermúdez ya están muertos, pero si no fuera así, ocuparían otras celdas continuas por los graves delitos cometidos durante sus respectivos gobiernos. Sin embargo, no son los únicos quienes deberían estar allí. Los exmandatarios Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski también están en la mira de la Justicia, sin olvidarnos obviamente del miserable lagarto Martin Vizcarra y del admirador de terroristas Francisco Sagasti, culpables por su negligencia criminal de la muerte de 200 mil peruanos durante la pandemia del Coronavirus. Como podéis notar, la DIROES no se daría abasto para albergar a todos juntos, por lo que sería conveniente reabrir El Frontón para tenerlos a buen recaudo. Por su parte, Denisse Rodríguez-Olivari, licenciada en Ciencias Políticas y Policy Leader Fellow de la School of Transnational Governance (EUI), hace notar que el Perú no es el único país afectado por el caso Odebrecht. Y recuerda que no solo son blanco de investigaciones expresidentes, sino también exgobernantes regionales e incluso alcaldes. "Entonces, parecería que Perú es más corrupto que otros países, pero, si miramos más allá de la superficie, vemos que es el país donde no hay persona que escape de ser investigada por la Justicia, como sí ha pasado en otros países. Por ejemplo, cabría revisar lo que pasa en Méjico, donde también existió el esquema de Odebrecht, pero no tuvo las consecuencias penales que ha tenido en Perú, ya que sus presidentes, tan corruptos como sus pares peruanos, siguen libres”, subraya. Tuesta considera igualmente que "el caso de los expresidentes acusados, y algunos presos, habla bien de la Justicia peruana". A su vez, la experta en lucha contra la corrupción compara la situación con lo que ocurrió en Italia con el caso "Manos limpias”: "Es el colapso de todo un sistema, mucho más frágil, que desemboca en que prácticamente todos los presidentes que fueron elegidos a través de comicios estén siendo investigados por este caso de Odebrecht. Hay partidos de todo el espectro ideológico involucrados. Eso genera, sin duda, un espacio para outsiders y nuevos partidos, lo que no garantiza necesariamente que vayan a ser mejores o más limpios que los anteriores” aseveró. Tuesta coincide: "Perú es el nido de los políticos outsiders - Fujimori fue el primero - pero también de los partidos políticos más informales y desacreditados de la región. Entonces, uno podría decir que existe un vaciamiento de las instituciones”, señaló. Y eso tiene consecuencias difíciles de prever, ya que abre espacio a figuras populistas, de izquierda o derecha. Sin duda uno de los más peligrosos en los últimos tiempos fue Antauro Humala, un demagogo de cuidado, cuya imagen de antisistema se vino abajo tras no sumarse a la asonada terrorista contra el gobierno constitucional de la señora Dina Boluarte a inicios de año, por lo que fue calificado de “traidor” por su propia gente, que lo echo a patadas, pedradas y botellazos de sus reuniones subversivas en plena revuelta senderista. “Hoy es un cadáver político, pero en el Perú la gente olvida rápidamente y no sería de sorprender que vuelva a engatusar a radicales y resentidos sociales que una vez creyeron en el” anoto. A juicio del académico, todo eso hace que se perfile muy difícil una salida a mediano plazo. "Perú es el país de las incertidumbres. Es un país donde el mes siguiente ya parece una perspectiva de largo plazo”, indica. Y, ante la presencia de gobiernos débiles y frágiles, no descarta que se pueda desembocar en un gobierno cívico-militar o un gobierno civil con un alto componente militar, “para hacer frente al terrorismo redivivo de Sendero Luminoso que grupos de izquierda y los caviares impulsan de manera suicida” admitió. Tal vez ello sea lo mejor para el Perú, al quedar desenmascarados como son, organismos de fachada del terror y como tal, ser combatidos ya mismo. El comunismo fue derrotado en los años 90 y hoy volverá a suceder lo mismo sin duda alguna,,, #TerrorismoNuncaMas