HUACA PUCLLANA: Un tesoro arqueológico oculto en Lima
Enclavada en el residencial distrito de Miraflores, oculta entre edificios departamentales y de oficinas, yace el testimonio arqueológico de la cultura Lima, que habitó la costa del Pacífico entre los años 200 y 700 d.C. Es la denominada Huaca Pucllana (“Huaca” es un vocablo quechua que significa templo o lugar de adoración). Hasta 1981, los vecinos del barrio desconocían que ese montículo de tierra de 23 metros de altura – que muchos creían conveniente que sea demolido para construir en su lugar edificios de lujo - era la Gran Pirámide, un sitio ritual construido incesantemente a lo largo de 200 años con nada más que el apilamiento de ladrillos de adobe elaborados a mano. Quienes la construyeron, se distinguieron en el mundo prehispánico por ese estilo arquitectónico totalmente manual y pensado para la prevención sísmica. Las huellas de los fabricantes aún pueden notarse sobre los adobes formados en vertical, espaciados por vacíos que fueron ideados para contrarrestar los estragos sísmicos característicos de esta región de América del Sur. Si bien originalmente los muros de la Huaca Pucllana estaban enlucidos, debido al abandono al que estuvieron sometidos durante siglos, hoy no queda nada de ello. Precisamente la Gran Pirámide – con sus 450 metros de largo por 250 de ancho – fue erigida bajo esta proeza de la ingeniería, con ensambles verticales ausentes de la argamasa de barro. Constancia de ello ofrece la parte frontal de la estructura que ya fue liberada de la tierra que le cubría. La parte posterior, alrededor de un 50 por ciento de la pirámide, todavía da la noción de ser nada más que una montaña, por lo que sus secretos aún permanecen ocultos bajo la arena comprimida que caracteriza esta región del Perú. A poco más de tres décadas de investigación en el sitio, usado en etapas posteriores como depósito funerario por los conquistadores Wari (un imperio regional previo a la llegada de los Incas) los avances en rescate, registro y conservación han venido agilizándose gracias al creciente interés tanto del Ministerio de Cultura del Perú como de diversas universidades extranjeras, quienes financian los trabajos de recuperación. Si bien el proceso de rescate tiene un avance del 65 por ciento, este es bastante lento. Actualmente, la Huaca Pucllana es una de las 375 zonas arqueológicas de Perú que han sido ya sometidas al registro aéreo con la ayuda de drones - tal como lo dimos a conocer el pasado 18 de agosto - con la finalidad de obtener sus propiedades geométricas, elaborar mapas en 3D y medir el impacto de los fenómenos meteorológicos, así como hacer frente a las alertas de posibles invasiones de terrenos en zonas patrimoniales. Como sabéis, en las entrañas de la capital peruana existen decenas de vestigios prehispánicos que no han sido intervenidos por los arqueólogos y permanecen sepultados bajo tierra, transformados en vertederos de desperdicios, o en el peor de los casos, terminan como cimientos para la construcción de casas. Es por ese motivo una obligación de las autoridades rescatarlas del estado en que se encuentran porque forman parte del Patrimonio Cultural del Perú, pero ello no siempre se da y es que debido a su desinterés e ignorancia, permiten que una parte importante de su historia desaparezca irremediablemente :(