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sábado, 22 de abril de 2017

TRAICIÓN AL PERÚ: EE.UU. instalará una nueva base militar con la aprobación de Kuczynski

Venga ya, ¿que mas se podía esperar de este impresentable elemento que nos da una muestra más de su grado de servilismo hacia su amo? Mientras la prensa basura de este país bananero realiza cortinas de humo con noticias intrascendentes , ocurren hechos que no pueden ser pasados por alto, debido a la amenaza que representa y es la pérdida de soberanía ante una potencia militarista que no tiene remordimiento alguno de bombardear e invadir diversos países del mundo en base a falsedades y groseras falsificaciones fabricadas por la CIA, con el fin de ‘justificar’ su intervencionismo para apoderarse de sus recursos energéticos. En estos días en que de una manera injustificada un tipo desequilibrado como Donald Trump ordenó el bombardeo de Siria - sin prueba alguna que demuestre la utilización de armas químicas por parte del régimen de Damasco, quien lucha desde hace años contra el terrorismo patrocinado precisamente por Washington - y arrojó la denominada ‘madre de todas las bombas’ sobre Afganistán a modo de advertencia a Corea del Norte, adonde precisamente se dirige su flota para tratar de imponer una solución ‘unilateral’ al problema que representa un demente como Kim Jong- Un (tan loco como el) quien continuamente amenaza al mundo con iniciar una conflagración mundial, intenta a su vez incrementar desesperadamente su presencia militar en otras regiones del globo como América Latina, con la mira puesta en Venezuela, que sufre una agresión constante por la guerra económica al que ha sido sometida por la administración norteamericana para tratar de desestabilizar la Revolución y permitir el retorno al poder de aquella derecha mil veces fracasada que fue echada a patadas por Hugo Chávez. En ese contexto, Perú, uno de los países que integran la Alianza del Pacífico, es la víctima más reciente de las incursiones imperiales de Washington. En efecto, el conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski, aprobó a finales del 2016 la instalación de una nueva base militar de Estados Unidos en la región Amazonas - ubicada en el nor-oriente peruano - que, ante la opinión pública, se presenta hipócritamente ‘como un centro de respuesta frente a desastres naturales’ cuando sus verdaderos fines son otros. Para ello, el Comando Sur de Estados Unidos (U.S. Southern Command o SouthCom) y la empresa Partenon Contratistas E.I.R.L., firmaron el proyecto de instalación de una nueva base militar, camuflada bajo el nombre de Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) del Amazonas. El financiamiento de la obra será de poco más de 1 350 000 dólares y, tomando como fecha de inicio el 29 de diciembre del 2016, se concluirá en aproximadamente 540 días. De acuerdo con la información proporcionada por el gobierno peruano, la base militar estadounidense tendrá un helipuerto de 625 metros cuadrados; un edificio de dos pisos, en el primero habrá un almacén ‘de ayuda humanitaria’ de 1 000 metros cuadrados, y en el segundo funcionará el COER junto con los módulos operativos (logística, comunicaciones, monitoreo y análisis, etc.); además, contará con una sala de reuniones, una sala de prensa, dormitorios y un estacionamiento de 800 metros cuadrados. De seguro fue uno de los temas de conversación cuando Trump recibió por unos minutos a Kuczynski en la Casa Blanca, a los pocos días de asumir el mando. No cabe duda, se trata de un intervencionismo disfrazado de ‘ayuda humanitaria’. A contrapelo de lo que se sostiene de manera oficial, no se trata de una estrategia orientada a fortalecer la capacidad de respuesta de los peruanos frente a las catástrofes naturales. Estados Unidos está clavando sus garras militares en el Cono Sur con el visto bueno de Kuczynski. De esta manera, Estados Unidos ya no necesita lanzar guerras de conquista para hacer valer su hegemonía sobre el territorio latinoamericano; ahora el disciplinamiento se lleva a cabo de una forma mucho más sutil: a través de iniciativas de militarización encubierta. Además de la supuesta lucha ‘contra el terrorismo’, Washington utiliza el combate contra el narcotráfico y su presunto compromiso ‘con el respeto de los derechos humanos’ como excusas para entrometerse en los asuntos internos de otros países. Como sabéis, el Perú constituye una plataforma decisiva para que Estados Unidos logre consolidar su plan de dominación sobre toda Sudamérica, una zona que posee reservas inmensas de recursos naturales estratégicos (gas, petróleo, metales, minerales, etc.). Por lo menos durante la última década, los gobiernos sudamericanos asestaron un tremendo revés a la gravitación económica y geopolítica de Estados Unidos en el continente. Sin embargo, desde el 2009 el Perú no ha puesto resistencia alguna frente a la incursiones imperiales de Washington, con lo cual, se ha convertido en uno de los países de Latinoamérica que tienen una mayor presencia de fuerzas armadas norteamericanas en su territorio: antes de aprobar la instalación de esta nueva base militar en el Departamento de Amazonas, el Comando Sur de Estados Unidos ya se había establecido a sus anchas en las regiones de Lambayeque, Trujillo, Tumbes, Piura, San Martín y Loreto. Cabe destacar que la cooperación militar entre Washington y Lima no se restringe a la instalación de bases militares; Estados Unidos ha conseguido introducirse de lleno en los aparatos de seguridad y defensa. Por autorización del Ministerio de Defensa de Perú, las unidades de operaciones especiales del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjuntas y el Componente Especial del Vraem recibieron entrenamiento de parte de las fuerzas estadounidenses entre mayo y septiembre del 2016. En paralelo, las fuerzas peruanas han venido realizando un sinnúmero de ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos para, según sus argumentos, ‘fortalecer sus estrategias de defensa frente a agresiones externas’; uno de los ejercicios más importantes es el Ejercicio de Fuerzas Silentes (SIFOREX, por sus siglas en inglés), que se realiza cada dos años en el Mar de Grau, considerado uno de los ejercicios navales de mayor trascendencia internacional. Perú refleja con claridad que Sudamérica atraviesa por momentos críticos y una fuerte campaña de hostigamiento a los gobiernos que no se alinean con ellos como Venezuela. A la par de las dificultades económicas, la región es víctima de una poderosa ofensiva impulsada desde el exterior que intenta, a través de diversas formas, intensificar la presencia de Washington. Las incursiones militares de Estados Unidos en la región se están abriendo camino a paso veloz, un tanto por el giro de varios gobiernos hacia el conservadurismo - fundamentalmente tras la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de Argentina, y Michel Temer en Brasil mediante un golpe de Estado parlamentario contra Dilma Rousseff - y otro tanto por el esfuerzo permanente para socavar la influencia de países como China, Rusia e Irán. Como podéis notar, la traición de Kuczynski no conoce límites, permitiendo que el Perú se convierta en una pieza más del engranaje estadounidense en sus planes expansionistas en la región. Me pregunto: ¿Tan bajo se puede caer? :(
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