TV EN VIVO

sábado, 27 de octubre de 2018

PERÚ: El Crepúsculo de los Muertos

Para estar a tono con el cercano Halloween, toca tratar en esta oportunidad la grave crisis que se vive al interior de Fuerza Popular, esa organización criminal que aun controla el Congreso y que envuelta en sonados escándalos se derrumba a la vista de todos, con el desbande generalizado de sus integrantes que huyen como las ratas que abandonan el barco que se hunde, esperando ‘metamorfosease’ políticamente para volver a las andadas, con la esperanza que la justicia no los alcance a ellos también. Lo irónico es que dilapidaron en apenas dos años el capital político que atesoraban y ahora afronta, acosado por la corrupción, los errores políticos y la situación legal de su cabecilla Keiko Fujimori, el riesgo de una desbandada de sus representantes y dirigentes, así como su desaparición de la escena política peruana. De aquel movimiento rígido y autoritario que en abril del 2016 se convirtió en una fuerza hegemónica tras arrasar en las elecciones generales - 73 congresistas sobre 130 -, hoy queda un bloque en proceso de disolución, cuestionado por sus miembros y gestionado por un ‘Comité de Emergencia’ que tiene la tarea de salvar lo posible ante su irremediable naufragio. Como sabéis, el último mes ha sido el más negro para la agrupación delincuencial, que no pudo reaccionar coordinadamente ante los embates políticos y judiciales, sino que terminó enredándose y complicándose aún más con cada paso que daba para afrontar la crisis. Pase lo que pase con el futuro de Keiko Fujimori, quien por estos días afronta una audiencia judicial que puede determinar su ingreso en prisión acusada de lavado de activos, a día de hoy parece muy complicado que la banda mafiosa vuelva a recobrar, la ascendencia sobre toda la vida política peruana de la que hizo gala hasta hace apenas semanas. Su irreversible caída, según denuncian cada vez mayor número de críticos, está estrechamente vinculada a los problemas legales de la hija del genocida, considerada culpable por casi el 80% de los peruanos, según todas las encuestas de opinión dadas a conocer esta semana. La verticalidad y el autoritarismo en la gestión del grupo, el revanchismo ante los que percibe como sus enemigos políticos y el haber privilegiado intereses particulares a los generales del Estado, buscando la impunidad de sus múltiples delitos mediante el manejo del Poder Judicial, son otras de las críticas que se le hacen a la mafia, particularmente por aquellos congresistas que han ido abandonando la agrupación con el paso del tiempo. La caída del conocido lobbysta y Traidor la Patria Pedro Pablo Kuczynski - obligado a renunciar a su cargo en marzo de este año para evitar ser destituido ignominiosamente por el Congreso acosado por la corrupción de Odebrecht - quien en el 2016 precisamente derrotó a Fujimori en una agónica segunda vuelta electoral, es una muestra de ello. En ese complejo proceso, Keiko Fujimori y su núcleo duro se llevó por delante incluso a su hermano menor Kenji, cabeza visible de un grupo de diputados fujimoristas tránsfugas, quien no oculta sus propias ambiciones políticas, llegando a aliarse con Kuczynski para evitar que este sea destituido por incapacidad moral, a cambio de que indultase ilegalmente al monstruo de su padre Kenyo Fujimori (un despreciable genocida condenado en forma ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad). Tras un vergonzoso acuerdo firmado entre ambos bajo la mesa, Kenji intento comprar a congresistas de ‘oposición’ - tal como se aprecia en los Kenjivideos - para que votasen en contra de la censura a cambio de prebendas y diversos favores. Logrado su cometido, Kuczynski libero al genocida, pero de lo que no se percataron es que su delito fue grabado saliendo a la luz pública, originando tal escándalo que un nuevo pedido de censura obligo al lobbysta a dimitir ya que esta vez nadie quiso salvarlo. Pero eso no es todo, ya que ha iniciado una investigación acerca de este nuevo delito, que sin duda alguna terminara con los responsables en la cárcel comenzando con Kenji y el propio Kuczynski. Sin embargo, este fue el inicio de la descomposición del fujimorismo que no pudo beneficiarse de la caída del gobierno, porque al fin y al cabo quien fue ‘indultado’ al margen de la ley, era el jefe de la banda criminal y las disputas entre los dos hermanos por el control del movimiento ahora con el padre libre - quien no oculto sus preferencias por Kenji, en detrimento de Keiko, la cual nunca lo quiso ver en libertad - lo desgasto terriblemente. Así lo vieron diversos analistas y rivales políticos, pero también la ciudadanía, que a principios de este mes, ya en plena crisis, lo hizo desaparecer en la práctica en las elecciones municipales y regionales. "El fujimorismo ha sido durante toda su existencia una fuerza política malencarada, tumultuosa y vociferante. Revanchista hasta la insolencia y sobre todo carente de proyecto. Como era previsible, la ciudadanía se fue cansando de tanta mediocridad y le ha dado la espalda, asqueada ante tanta corrupción revelada y muchos han llegado a preguntarse como han podido ser engañados tanto tiempo por esta banda de criminales" afirman coincidentemente varios analistas. La estructura del grupo comenzó desmoronarse rápidamente a partir de la captura de Keiko Fujimori y varios de sus colaboradores más estrechos el pasado día 10 de octubre. A partir de ahí, una serie de filtraciones y sospechas internas hicieron evidente que miembros del círculo interno de Fujimori, como al final se comprobó, habían colaborado con la fiscalía en sus investigaciones. El golpe más duro para la imagen y la estabilidad interna ha provenido de la difusión del contenido de un chat del núcleo duro del fujimorismo. Allí se revela el dominio absoluto de Fujimori sobre la bancada, quien ordenaba incluso si los congresistas debían o no aplaudir discursos y dictaba qué consignas se debían corear y cuáles no. Esos mensajes evidenciaron también el apoyo que el partido hizo a personajes siniestros como el Fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, sobre el que pesan graves acusaciones como su complicidad con el fugado juez supremo César Hinostroza - detenido en España y a la espera de su extradición - así como el desprecio del grupo hacia el improvisado inquilino de Palacio e integrante de ‘Los Cuellos Blancos de Choquehuanca’, Martín Vizcarra, a quien llegan a calificar de ‘malnacido’. Desde entonces hasta la fecha, el desbande de la mafia continua, entre ellos Daniel Salaverry, presidente del Congreso, quien pidió una ‘licencia’ y José Chlimper, que dimitió a la secretaria general de la organización delictiva, aceptándose también la renuncia de sus tres portavoces parlamentarias. En el ínterin, hasta 30 congresistas habrían exigido cambios en la gestión y políticas del partido y cinco de ellos se reunieron con Vizcarra para analizar hipócritamente la "gobernabilidad" de Perú, sin avisar al liderazgo de Fuerza Popular. Lo ridículo de todo, es que entre quienes visitaron Palacio estaba quien precisamente insulto a Vizcarra en el chat. La factura amenaza aún con ampliarse según se van conociendo más detalles del rígido y autoritario comportamiento interno del fujimorismo y en función de las evoluciones de las audiencias contra la cabecilla de la banda, quien ante tantas renuncias y la posibilidad de terminar en la cárcel, ha designado a un grupo de incondicionales que se encargarían de dirigir el movimiento y hacer unos cambios cosméticos… para que todo siga igual. Si finalmente Keiko Fujimori entra en prisión, como es el deseo de millones de peruanos, la desbandada de la mafia - el sálvese quien pueda - será con toda seguridad insostenible (Al momento de publicar esta nota, aun continua la audiencia que definirá su situación legal. Si en esta ocasión no se le dicta orden de prisión preventiva por 36 meses, eso no significa en modo alguno que sea inocente, ya que de todas maneras tendrá que afrontar un juicio que la desgastará aun mas, tanto a ella y su movimiento, ya que los gravísimos cargos de los que se le acusa no la salvaran de terminar en la cárcel hasta por 16 años) :)
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.