Venga ya, cada vez estoy mas convencido que esta panda de improvisados arribistas que (des)gobiernan el Perú no necesitan buscar fuera a sus enemigos a quienes culpar de sus continuos fracasos ya que los tienen entre sus propias filas. De otra manera no se puede explicar como vuelven a insistir una vez más en la restauración del Senado, cuando esta posibilidad fue rechazada abrumadoramente en el pasado referéndum, donde el 79,73% de los peruanos dijo No a su retorno. Como sabéis, un autoproclamado grupo de “notables” (?), desesperados sin lugar a dudas por ocupar una curul en el Congreso, lo ha planteado esta semana a Martín Vizcarra (integrante de la bandas delincuenciales “Los Cuellos Blancos de Choquehuanca” y “El Club de la Construcción”) quien aseguró que ‘está evaluando’ la absurda propuesta. Al respecto se pronuncio Federico Salazar y dado que en esta única ocasión concuerdo con su posición, he decidido reproducir la nota, entrecomillada claro esta ¿vale?: "La Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política ha recomendado a Martín Vizcarra lo que a todas luces es un suicidio político. En efecto, luego de dos meses de ‘arduo trabajo’, entre otras cosas, propone retornar al sistema bicameral que tanto lastre ocasiono al Perú. Hay una sola dificultad que no quieren tomar en cuenta y prefieren ignorarlo porque no coincide con sus intereses: la población votó de manera contundente contra esta reforma constitucional. La comisión no está contenta con este resultado, que tiene carácter constituyente, insiste tercamente en que se debe ir a un sistema de diputados y senadores - tal como lo planteó inicialmente el propio Vizcarra - en contra de la voluntad de la mayoría. Legalmente, la voluntad negativa en el referéndum no puede cambiarse si no es luego de dos años. La comisión plantea que la reforma se aplique a partir del proceso electoral del año 2021 y la bicameralidad rija para los mandatos del período 2021-2026. En otras palabras, plantea sacarle la vuelta al voto popular en el primer instante en que legalmente se pueda. Esto es un grave error y significaría el suicidio político de Martín Vizcarra, a quien haría quedar como irrespetuoso del mandato popular, desenmascarándolo como el golpista en potencia que es, ya que no ha descartado recurrir a la cuestión de confianza para lograrlo. La comisión puede equivocarse; Vizcarra, no. Y si lo hace, es que es un ladino a la espera de la primera oportunidad para sacar la vuelta al mandato popular. Vizcarra planteó la reforma constitucional de la bicameralidad. La comisión cree que la gente cambió su opinión sobre este sistema cuando el Congreso modificó la propuesta de Vizcarra. Al quitarle su apoyo el presidente, la población habría quitado su apoyo a la reforma. Es cierto que el referéndum se hizo en un “momento pro-Vizcarra”. El presidente, sin embargo, jugó sus cartas con sus propias reglas. Quitó apoyo a la versión del Congreso y la gente votó, con él, contra la bicameralidad. La comisión propone que Vizcarra insista en su proyecto original. No cuenta con que a la gente no se la puede tener bailando sobre decisiones constitucionales. Olvida, además, que su momento ya pasó. La comisión, incluso, mandó a hacer una encuesta nacional. Quiso preguntar sobre votar por la bicameralidad con la propuesta presidencial. Solo 34,1% fue a favor y 42,6% en contra. A pesar de ello, la comisión cree que debe insistirse, apenas se pueda. Según su informe, ‘a pesar de los resultados del referéndum, existe un respaldo considerable entre ciudadanos, políticos y expertos sobre los beneficios de la bicameralidad para el Perú’. Si se lee bien, esto quiere decir: ‘En contra de la voluntad del pueblo, hay que insistir, apenas se pueda’. Una cosa es debatir y plantear las ventajas de la bicameralidad. Otra, muy distinta, que el presidente proponga una nueva reforma constitucional. Podrá ser legal, pero resulta antidemocrático y ofensivo contra las instituciones de representación política. Cada uno puede tener su idea sobre el orden constitucional ideal. Vizcarra, sin embargo, no puede jugar con la gente. El precario inquilino de Palacio no puede plantear, un día, un referéndum y, al día siguiente, otro, sobre lo mismo, a pesar de que ya fue recado abrumadoramente. Menos, si queda a la espera del minuto final de su vigencia mínima legal. No queremos ver a alguien agazapado como Vizcarra, esperando el momento preciso. Queremos verlo respetando los mandatos y el no parece entenderlo. Gobernar por ‘referenda’ es populista pero antidemocrático. Hacer y deshacer con las instituciones es la peor amenaza contra la gobernabilidad. ¿Estabilidad institucional? ¿Seguridad jurídica? ¡Empecemos por respetar! El poder de cambiar la Constitución no es un juego de veletas. Una comisión de alto nivel que no representa a nadie no puede detentar ese poder. Ni siquiera alguien como Vizcarra que llego de una manera fortuita e inmerecida a Palacio - ya que tras la caída de Kuczynski se debió adelantar las elecciones - puede tenerlo. Ese poder lo tiene la gente, y nadie debe quitárselo. Mucho menos un aprendiz de dictador. Liderazgo no es manipular, sino representar con responsabilidad. Vizcarra, justamente, debe responder con seriedad, algo de lo que lamentablemente carece" puntualiza la nota. Demás esta decir que en el Parlamento diversas bancadas - relamiéndose de gusto - han anunciado que están a favor de la ‘iniciativa’ el cual es una burla a la voluntad popular. Venga ya, como si no fuera suficiente los continuos escándalos protagonizados por los actuales congresistas, quienes no contentos con ello, pretenden ganar mas por su nula labor, ya que según Mercedes Aráoz “merecemos un sinceramiento de nuestros sueldos para evitar ser tentados por los lobbies” demostrando con ello que son unos parásitos sin oficio ni beneficio y que solo llegaron al Parlamento para llenarse los bolsillos, ahora se pretende restaurar el Senado para ser ellos los ‘nuevos’ integrantes de esa cámara ‘heredando’ sus actuales cúrules a sus hijos, quedando todo en familia, para continuar seguir saqueando las Arcas del Estado a mas no poder, mientras el país se cae a pedazos, en manos de la delincuencia y con múltiples conflictos sociales (como el de Las Bambas) que el inepto e incapaz de Vizcarra no puede solucionar ¿De que sirvió entonces el referéndum si al final pretenden hacer lo que les da la gana? En vez de restaurar el Senado lo más conveniente seria cerrar el Congreso definitivamente ¿no os parece? :(