Es una dramática historia que se repite todos los días en un país sumido desde hace meses en el caos y la incertidumbre, mientras el okupa de Palacio persiste en vivir en su mundo de fantasía, ajeno a la realidad: Creyendo ilusamente en las mentiras propaladas hasta el hartazgo por los voceros del gobierno de que “todo esta bajo control y de que las vacunas llegaran en los próximos días”, un joven padre de familia tocó la puerta del hospital público San José - ubicado en el Callao - desesperado en busca de atención médica para su hijo, enfermo de Coronavirus, pero el personal médico no pudo atenderle porque el centro no solo se encuentra totalmente desabastecido, sino que también carecen de espacio en las unidades de cuidados intermedios y cuidados críticos al estar totalmente copado de pacientes en sus vetustas instalaciones, por lo que tuvo que regresar con el a casa y tendrá que seguir costeando el oxígeno para evitar que la salud de su vástago empeore. Alquilar un balón de oxígeno de cinco litros por seis días les ha costado el equivalente a 190 dólares, aunque la primera carga duró solo unas ocho horas. “Se invierte considerablemente y no solo por el dinero, sino que se sufre por la disponibilidad. Esta escasez es fatal y culpa exclusiva del gobierno” afirmó indignado. Como él, miles de peruanos sufren día a día el colapso del sistema de salud y la dificultad de hallar oxígeno en medio de la pandemia y la indiferencia mostrada por Sagasti quien solo repite formulas gastadas - como la cuarentena - que demostraron ser un completo fracaso. Para evitar hacer colas durante la madrugada para comprar oxígeno, y buscando salvar la vida de su hijo, ha decidido gastar 600 dólares en un concentrador de oxígeno, una alternativa a la que muy pocos peruanos pueden acceder. El precio de un concentrador de 5 litros de flujo equivale a más de dos sueldos mínimos en Perú. Y los 500 soles de depósito para alquilar un cilindro de 5 metros cúbicos son casi la mitad de la remuneración mínima mensual. Los concentradores de oxígeno medicinal no requieren recarga, pero sí de electricidad continua, y están a la venta en algunas tiendas de electrodomésticos, pero también en páginas web de venta no regulada, o en Facebook y otros medios sociales. Así como miles de enfermos de covid-19 van a los hospitales y no encuentran una cama, otros con recursos económicos evitan internarse y buscan el oxígeno por su cuenta: ya sea en balones de 10 metros cúbicos y otros aparatos de oxigenación no invasiva. Como recordareis, en la primera ola de la pandemia que azotó al país andino, mas de cien mil peruanos (y no 40 mil según la antojadiza versión oficial) murieron victimas del Coronavirus ante la completa incapacidad de Vizcarra que no hizo absolutamente nada para solucionarlo, dejando desabastecidos los hospitales y centros de salud públicos que se caen a pedazos, manteniendo a su personal con sueldos de hambre, prefiriendo destinar millones de dólares para salvar de la quiebra a aquellos medios de prensa venales y prostituidos que les servirían de caja de resonancia para sus planes reeleccionistas. Mientras miles morían en las calles por falta de oxigeno debido a que los precios de los cilindros recargables aumentaron hasta ser inalcanzables para las mayorías. Han pasado los meses, Vizcarra ha sido expectorado ignominiosamente por el Congreso pero nada ha cambiado. La segunda ola ha llegado con fuerza y los establecimientos de salud, el personal y las camas de hospitalización y de cuidados críticos no alcanzan para atender la creciente demanda. La gente sigue muriendo como moscas y en lo que va del 2021, el número de decesos no deja de parar. Lisbeth Castro, representante de la Defensoría del Pueblo de la región Loreto - ubicado en la Amazonía - informó en una radio que, desde el pasado mes de julio, 25 camas de cuidados intensivos en el módulo covid del Hospital Regional no pueden ser usadas porque no hay ventiladores mecánicos y a las diez existentes, les faltan implementos. Como recordareis, Luís Barsallo es un pequeño empresario que vende recargas del insumo a bajo precio en el Callao. Se volvió famoso desde la primera ola de la pandemia, al punto que es conocido como ‘el ángel del oxígeno’ y en la prensa fue destacado como uno de las personajes del 2020. Dado que hay un mercado de revendedores que especulan con el precio del oxígeno, el empresario ha pedido a los clientes que presenten los documentos de los parientes con diagnóstico de covid-19 para asegurarse de no proveer a intermediarios. Sin embargo, ante las amenazas que dice haber recibido porque se negó a vender a quienes no mostraban esos papeles, Barsallo tuvo que cerrar un día su negocio por precaución. Lo reabrió el pasado fin de semana, pero con protección policial, aunque no sabe hasta cuando. Entretanto, desde horas de la madrugada, cientos de personas duermen en carpas o sobre plásticos y cartones afuera de su tienda, a la espera de recargar sus cilindros de 10 metros cúbicos, y es que la demanda es tal, que muchos temen que no lo van a conseguir. “Puede sonar un poco fuerte, pero hay personas que tienen miedo de morir en la soledad de un establecimiento de salud carente de todo gracias al vizcarrismo y están haciendo lo posible por quedarse en casa: hay una falsa sensación en esta segunda ola de que el oxígeno es algo que se puede autoadministrar, pero la primera opción debe ser que el oxígeno lo provea la hospitalización: debe ser consumido con receta y supervisión médica”, comenta a El Observador Alicia Abanto, adjunta de servicios públicos de la Defensoría del Pueblo. Abanto explicó que desde hace un par de semanas la Superintendencia Nacional de Salud publica cada día un reporte del oxígeno disponible en los hospitales y clínicas. “Si una persona va a un hospital y le niegan el medicamento, porque el oxígeno es un medicamento, debe revisar el reporte y reclamar si no se lo brindan”, recomienda, aunque reconoce que nadie el mas mínimo caso a las denuncias y al final todo queda en nada. “En medio de este aumento de la demanda de oxígeno medicinal vemos el problema del comercio informal e ilegal - incluso en las redes denuncian estafas - a lo que debemos agregar la nula intervención del Estado para fiscalizar y sancionar. Este insumo tiene que ser distribuido por un operador autorizado, porque automedicarse en casa con un oxígeno que no es de buena calidad puede costar la vida, pero si el Estado no les brinda el oxigeno que esta obligado a proveerles, tendrán que buscarla donde sea y allí entran en acción las mafias que lucran con el dolor humano”, admite la funcionaria. Abanto agrega que en los colapsados servicios de emergencias de los hospitales públicos devuelven a sus casas a los pacientes. “Les dicen que se encuentran saturados, pero lo que deben hacer es referirlos a un hospital donde haya disponible una cama”, indicó. Si bien a diario las autoridades sanitarias informan que “aún hay camas de cuidados críticos” en los establecimientos estatales, ello es mentira porque actualmente no existen en ningún lugar y la gente esta muriendo por miles. Eso si, se sabe que las clínicas privadas disponen de ellas, pero cobran precios exorbitantes por usarlas que muy pocos peruanos se pueden dar el lujo de usarlas. Por su parte, el analista de datos Rodrigo Parra comentó en una emisora local que la velocidad de ocupación de las camas UCI en la segunda ola es más rápida que la oferta. “La ocupación era de 20 camas UCI por día en la primera ola y ahora es de 50”, precisó. Si bien la máxima ocupación de espacios UCI llegó el año pasado a 1.553, en esta ocasión han sobrepasado largamente este número y Sagasti no ha hecho absolutamente nada para solucionar este déficit de camas”, agregando que las cifras proporcionadas alegremente por la cuestionadísima ministra Mazzetti no son nada fidedignas respecto de la trágica realidad que se vive en los hospitales públicos” aseveró. Para agravar la situación, la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva reveló desde marzo del año pasado que los médicos de esa especialidad habilitados para las unidades de cuidados críticos, no eras más de 700, de los cuales actualmente solo el 60% del personal de salud está operativo, ya sea porque falleció abandonados a su suerte, por limite de edad o por abandono de cargo debido a los míseros sueldos que reciben, mientras Sagasti al igual que Vizcarra, prefiere destinar millones de dólares a los medios de comunicación y ONGs. Para ellos si hay dinero a manos llenas, como también para sus negociados adquiriendo a precios sobrevalorados vacunas chinas de ínfima calidad. No es de extrañar por ello que hasta fin de enero, 276 médicos hayan muerto por el Coronavirus en Perú: es el segundo país latinoamericano con más bajas luego de Brasil, pero en términos proporcionales su pérdida es mayor: tiene menos médicos por cada mil habitantes comparado con dichos países. La improvisación de este régimen golpista ha quedado en evidencia repitiendo los mismos errores del vizcarrismo - del cual es su continuación - reeditando una cuarentena por dos semanas y que desde el primer día ha resultado ser un rotundo fracaso porque nadie hace caso, aunque luego estén durante días enfrentándose a la odisea de hallar un tanque de oxígeno para no morir de Coronavirus, esperando la llegada de la vacuna, que según da cuenta The Economist - desmintiendo una vez mas a Sagasti y su panda de ineptos - estará disponible para millones de peruanos recién a mediados del próximo año. Hasta entonces ¿Cuánta gente mas morirá tanto por su propia irresponsabilidad como por la incapacidad del (des)gobierno para contrarrestarlo? (Por cierto, ese impresentable sujeto acaba de anunciar que “este domingo llega el primer lote de 300 mil vacunas chinas y que el martes o miércoles comenzaría la vacunación” Venga, a quien miente reiteradamente y cambia su fecha de llegada cada día con las excusas mas ridículas ¿como se le puede creer una sola palabra? La Sinopharm china es la mas cuestionada en todo el mundo y aun así insisten en traerla ¿Qué oscuros negociados habrá detrás? A propósito ¿no decía que antes de marzo 20 millones de peruanos iban a ser vacunados y hasta ahora nada de nada? Mentiras y mas mentiras... Menudo país bananero es el Perú) :(