Cuando uno piensa en los geoglifos existentes en el Perú, a muchos se le viene inmediatamente a la memoria las Líneas de Nazca (de las cuales nos ocupamos anteriormente), pero en el norte del país andino existe otra menos conocida pero igual de enigmática, ubicada en la Región Lambayeque y si al parecer pareciera tener alguna influencia Nazca, en realidad la tuvo de Chavín. Nos referimos al Águila de Oyotún - también conocida como el Hombre Ave de Oyotún o el Geoglifo de Oyotún. Se trata de una gigantesca figura ubicada en los flancos del Cerro el Águila muy cerca al caserío Bebedero a 7 Km. de la zona urbana del distrito y que representa a una ave con las alas extendida y rasgos humanos, que posiblemente haya sido realizada en el periodo formativo andino o pre-Chavín (2200 – 1800 A.C.). Este geoglifo habría sido confeccionado con piedras blancas de cantos rodados (piedra del río) al estilo mosaico. Estas piedras son de tres clases, que miden treinta centímetros de diámetro cada una. La gigantesca figura mide 60 m. de ancho por 59 m. de altura, y se reporta como única en su género (segundo lugar en importancia luego de las Líneas de Nazca) en todo el Perú y en Sudamérica, según reportes de los arqueólogos J. Rodón y Pedersón. Estudiadas desde el año 1940 por J. Rivadeneira, Víctor Baca Aguinaga y P. Korok. Esta gran figura vista desde lo alto representa a un ave (humanoide), que orienta su vuelo al nor-oeste y se cree que haya sido una señal para salir de la entonces boscosa Cuenca de Zaña, para luego voltear por el sector conocido como la palomita y orientar a los viajeros con la dirección al pueblo precolombino de Cinto y Collique. Pero no es la única existente, ya que cerca del geoglifo, existe también otra que sería un ave mitológica de adoración de los habitantes del lugar. Se trata de un extraño ser que los arqueólogos decidieron llamar el búho mítico, de más de 60 metros de largo y unos 2.500 años de antigüedad, que fue hecho por los habitantes de la cultura Chavín mediante la técnica del mosaico (acomodación de piedras lisas) en la ladera noreste de un cerro ubicado a pocos metros de la localidad de La Compuerta, en el valle de Zaña. Cabe precisar que el geoglifo del Aguila de Oyotún tiene una antigüedad de tres mil años, es decir mil años antes de Cristo. Para mayores detalles, la citada figura se encuentra a 15 minutos lado noroeste de la localidad de Oyotún, ubicado a 65 kilómetros al sureste de Chiclayo. El geoglifo tiene una extensión de 3,600 metros cuadrados donde - reiteramos - destaca la figura de un extraño ser parecido a un águila en actitud de vuelo, tallada en piedra blanca que hace un contraste apropiado e impactante con la piedra oscura del cerro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que debajo del geoglifo existen evidencias de restos arqueológicos de anteriores culturas preíncas, y que hasta hace poco nadie se ocupaba por respeto al águila. Los dibujos forman parte de la cultura Cuspinique, de origen Chavín y que es anterior a los Mochica. Estos geoglifos fueron descubiertos hace una década por el arqueólogo Walter Alva, responsable del descubrimiento del Señor de Sipán, que gobernó a los Mochica. Además, en las laderas de los cerros del valle del Bosque de Pomac también se pueden observar otras caprichosas figuras que corresponderían igualmente al Formativo Temprano, con unos 2000 a 2500 años antes de Cristo. Según se cree, los geoglifos representan a divinidades esquematizadas con ciertos atributos que eran invocadas en búsqueda de protección. Declarado como Patrimonio Cultural de la Nación en el 2004, el geoglifo se encuentra en regular estado de conservación, debido a que hay ocasiones en que llega a cubrirse completamente por la maleza por lo cual tiene continuamente su debido mantenimiento :)