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sábado, 19 de octubre de 2024

PERÚ: Con la sangre en sus manos

Esta semana, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema escuchó los argumentos de las partes en lo concerniente a la demanda planteada por el Ministerio Público para que se cancele la inscripción electoral del partido Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A.n.t.a.u.r.o) y dejó la causa al voto. Como sabéis, el pedido de la fiscalía se basa en el hecho de que entiende que las actividades de esa organización política “son contrarias a los principios democráticos y vulneran sistemáticamente las libertades y derechos fundamentales”. En la práctica, sostuvo el fiscal Hernán Mendoza, esta promueve atentados contra antiguas altas autoridades del país, en sintonía con los anuncios de su líder y fundador Antauro Humala sobre los fusilamientos de expresidentes a los que procedería de llegar al poder en el 2026. En efecto, durante un reciente evento partidario, el etnocacerista afirmó que, de ganar las elecciones, desconocerá “la Constitución del japonés”, y a la vez usará un artículo de la Constitución Política de 1979 para fusilar “legalmente” a expresidentes. Su alocución fue delirante. “El pueblo peruano, cuando vea y escuche en RPP que han fusilado a Kuczynski, que han fusilado a Ollanta, que han fusilado a Toledo, va a decir: ‘Ah, este si es un proyecto nacional. Me anoto’”, mencionó con ilusión. (Hala ¿y que dice sobre Vizcarra, Sagasti y Castillo que son peores que los nombrados? A esas ratas sí que los defiende). Por otro lado, Mendoza desvirtuó la estratagema de Antauro de presentarse ahora como “solo un militante” del referido partido, ya que no son pocas las ocasiones en las que se ha convertido en su vocero más visible. Por si eso no fuera suficiente, la circunstancia de que, colocadas una detrás de la otra, las iniciales de las colectividades presentes en el nombre del conglomerado recen “A.n.t.a.u.r.o” es, claramente, un desafío y una burla a los impedimentos que el orden legal del país les impone a los partidos que buscan tomar parte en los procesos electorales nacionales. Como recodareis, Antauro Humala fue el cabecilla de la asonada del 2005 conocida como el ‘andahuaylazo’, en la que se asesinó a cuatro policías y por la que fue condenado a 19 de años de prisión. Y no conviene olvidar tampoco que nunca se ha arrepentido de ello... Por todo eso, la organización que en la práctica regenta el pernicioso personaje que nos ocupa debería ser retirada del registro electoral. La democracia, como constantemente escuchamos decir, no puede ser boba y tiene que defenderse. Admitir la participación de Antauro en los próximos comicios sería contribuir a socavar el orden constitucional por dentro. El Poder Judicial no puede pretender por ello ignorar la naturaleza criminal de la organización en cuestión. Tampoco puede pretender que - como absurdamente arguyó el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que incomprensiblemente continúa en manos de Jorge Salas Arenas, alias ‘camarada Coquito’ – de que Antauro “no es el líder de la agrupación”. Otro que también ha decidido hacer la vista gorda al afán homicida del cabecilla es ese remedo de “partido” denominado Juntos por el Perú, liderado por Roberto Sánchez, quien fue ministro de Comercio Exterior y Turismo durante el régimen filosenderista del delincuente terrorista Pedro Castillo (el cual hoy se encuentra en prisión por golpista y ladrón, pero a quien Humala pretende amnistiar, demostrando su hipocresía en su “lucha anticorrupción”) y acusado por la fiscalía de colaborar en el golpe del 7 de diciembre del 2022, refiriéndose a Humala “como el líder que refundará el país”. El endose oportunista pinta de cuerpo entero a ese mercenario de la política. En cuanto a Antauro ¿De dónde provienen esas disparatadas ideas que profesa y que hundirían al Perú en el abismo? Militar en retiro del Ejército Peruano de 59 años - hijo de Isaac Humala y Elena Tasso - luego de estudiar en el colegio Franco Peruano, decidió enrolarse en las Fuerzas Armadas, ingresando a la Escuela Militar de Chorrillos, donde ascendió a Mayor del Ejército. Es en ese momento que va ideando el etnocacerismo, movimiento que reivindica la identidad del Imperio Inca, y figuras controvertidas de la historia peruana como los dictadores Andrés Avelino Cáceres y Juan Velasco Alvarado. Admirador de Adolph Hitler, adopto la parafernalia del nazismo en sus mítines, enarbolando banderas y estandartes, pero en lugar del águila y la esvástica, llevan el cóndor y la chakana (la cruz andina). En el año 2000, junto a su hermano Ollanta Humala y con 69 militares en retiro a quienes llamaba reservistas, decidió levantarse en Locumba, (Tacna), para exigir la caída del régimen de Kenyo Fujimori. Su cruzada se realizó el 29 de octubre, sospechosamente el mismo día que se fugó el asesor Vladimiro Montesinos. Al poco tiempo con el gobierno de transición de Valentín Paniagua, depuso las armas y ambos hermanos con sus reservistas fueron perdonados. Pero en el año 2005, Antauro acompañado de algunos reservistas armados llevó a cabo el llamado ‘andahuaylazo’, un sangriento motín contra el gobierno de Alejandro Toledo en la ciudad de Andahuaylas (Apurimac). El asalto a una comisaría dejó como saldo cuatro policías y dos reservistas muertos. De inmediato fue detenido y posteriormente condenado a 25 años de prisión por los delitos de homicidio, secuestro, rebelión, daños agravados y sustracción de armas. Sin embargo, el año 2011, su pena se redujo a 19 años, tras una polémica revisión del caso por parte de la Corte Suprema, pero apenas paso 10 años en prisión cuando Pedro Castillo lo indulto escandalosamente y desde ese momento, conspiro abiertamente para hacerse con el poder, llegando a colocar a un militante de su partido - Gustavo Bobbio - nada menos como ministro de Defensa de Castillo, pero este no duro ni 48 horas ya que tras el fracaso del golpe, cayo el régimen y Antauro volvió a las sombras. No cabe duda que la cárcel ha convertido a Humala en un hombre determinado a vengar 18 años de prisión, que él considera “injustos”. Una determinación peligrosa. ¿Por qué? Muy pocas personas tienen determinación, que es clave para lograr objetivos. Y Antauro lo tiene. Afirma haber “renunciado a las armas”… pero tiene a sus reservistas. Ahora dice que busca llegar al poder “por los medios legales”. Pero una vez dentro, piensa despedazarlo y al país también. Definitivamente es un hombre peligroso y desquiciado para la sociedad. Está enojado, resentido, humillado que se siente traicionado y despreciado por un sistema, personas, leyes y país que él está determinado a destruir. Sí Castillo en su ignorancia supina con su demagogia barata y limitado vocabulario, polarizó a la sociedad profundizando el tema de la brecha entre los pobres y ricos, Humala profundizará el odio, resentimiento, frustración y sentimientos de fracaso entre las personas que han logrado avanzar y los que no lo hicieron, usando el tema racial como su argumento de fondo. En efecto, Antauro - quien se considera ser un hombre preparado para gobernar- no habla de un “Perú profundo”, sino de acabar físicamente con todo un grupo social, político y empresarial, que considera que han logrado lo que tienen “gracias a los pobres de color cobrizo, explotados durante siglos”. Para lograrlo, ha armado un delirante discurso donde invoca el nacionalismo (“reivindicar lo nuestro”), revalorizar la raza cobriza (“despreciados por los blancos”), todo el poder para el Estado (“mediante la nacionalización de las empresas”), así como restaurar el Imperio Inca (incluyendo partes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y Chile, para lo cual está dispuesto de ir a la guerra para “recuperar esos territorios perdidos”) e incluso secuestrar al Rey de España (“culpable de expoliar nuestras riquezas durante siglos”). No hay que olvidar que también pretende convertir al Perú en un narcoestado, legalizando el consumo y comercialización de la droga, con mayor razón cuando es un conocido adicto a la marihuana. Como podéis notar, unas ideas peligrosas por donde se le mire. Por todo ello, ante el peligro que representa ya que por su alto grado de resentimiento, es capaz de ponerlos en práctica apenas se le dé la más mínima oportunidad, el Poder Judicial tiene la solución a esta amenaza potencial en sus manos y, si decidiera cancelar la inscripción de la organización de marras, la ciudadanía y la prensa deberán permanecer atentas a la posibilidad de que otros partidos presuntamente “democráticos” quieran darle cabida a Humala entre sus filas o acomodarse a su discurso totalitario y violentista para ganarse algunos votos. Esto no se puede permitir. (Por cierto, ¿sabían que Julio Campos, dirigente de los transportistas que está llamando a “un paro nacional indefinido” es un militante del partido de Antauro y con conocidas conexiones con Sendero Luminoso? Ahora ya se sabe cuáles son sus reales motivaciones y que es lo que pretende: desestabilizar al Gobierno, pero fracasará vilmente en su intento).
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