Mientras la prensa basura abruma a los peruanos mañana, tarde y noche con asuntos sin importancia, hace unos días la Asamblea General de la ONU adoptó de contrabando la denominada “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, también llamada el “Pacto del Futuro”, camino a la Agenda 2045, promovida por la izquierda retrograda, un aberrante plan que atenta contra la soberanía de los Estados y los valores tradicionales de nuestra sociedad. En efecto, esta agenda, bajo el disfraz de “desarrollo sostenible”, busca imponer los intereses de élites globalistas que pretenden destruir el tejido cultural y social de las naciones. Uno de los puntos más alarmantes es la imposición de la ideología de género, que pretende eliminar las diferencias naturales entre hombres y mujeres, destruyendo la familia tradicional como núcleo fundamental de la sociedad. Estas políticas, presentadas hipócritamente como “avances en igualdad”, en realidad desintegran las bases de convivencia y educación de nuestros hijos, debilitando a las futuras generaciones. El reciente pacto aprobado en la Asamblea General de la ONU, agrava esta situación, ya que extiende la implementación de esta agenda, acelerando la imposición de un nuevo orden mundial sin consulta democrática y sin respeto alguno a las identidades nacionales. El riesgo es claro: un gobierno globalista que controlará decisiones claves en políticas económicas, sociales y culturales. Ceder la soberanía a organismos internacionales es perder la capacidad de decidir a los países sobre su propio destino y permitir que intereses externos determinen su futuro. La defensa de la familia y la soberanía no es negociable. No se debe ceder ante quienes desean imponer su visión ideológica desde fuera. Pero, a pesar de los riesgos que conlleva el aprobarla, el cuestionado nuevo canciller peruano Elmer Schialer - cuyas simpatías con la Venezuela chavista salta, a la vista - lo suscribió en nombre del Perú, y lo que es peor, sin ninguna consulta o debate previo con la sociedad civil peruana, comprometiendo a todos los peruanos con una Agenda muy discutible y repulsiva. Para los desinformados, sus propósitos pueden parecer “nobles y aceptables”. Sin embargo, lo que no se dice es que estos serán claramente manipulados y dirigidos por el globalismo, con toda su parafernalia de izquierda. Por lo visto, el canciller peruano no tiene la menor idea del problema en el que ha metido al Perú. Schialer cándidamente declaró que suscribió esto para lograr “un orden mundial más justo”. ¿Sabrá el canciller que la aprobación del “Pacto Digital Global” por ejemplo obligará a las redes sociales a revelar los datos de todos los usuarios violando su derecho a la privacidad? ¿Sabrá el canciller que la “Declaración sobre las Generaciones Futuras” que establece los principios guías, compromisos y estructura multilateral que guiarán la implementación y monitoreo de las políticas nacionales, regionales y globales, violará la soberanía de los Estados? Solo mencionaremos algunos de los discutibles aspectos a los que se ha comprometido el Perú y que los peruanos desconocen totalmente: a) Se fortalecerán absolutamente todas las formas de gobernanza global, debilitando la soberanía de los Estados–Nación y su margen de acción ante la comunidad internacional. El Perú se somete irremediablemente a lo que les señale la OMS, FMI, BM, RF, ONU, CIDH, UE, etc. b) Condiciona todo financiamiento internacional de los países al cumplimiento incondicional de los ODS arriba mencionados. c) Se amplía la ejecución impuesta de los planes de la Agenda 2030 al año 2045. d) Se impone el “Pacto Digital Global” que obliga a los gobiernos a revelar información privada de usuarios en las redes sociales a agencias internacionales, para su posterior “investigación”. e) Se impone medidas sobre tratamiento de reciclaje obligando a los ciudadanos a “cambios en su estilo de vida” (consumo de alimentos, construcción de viviendas, prohibición de autos no eléctricos, imposición de tributos, multas, cuotas por bolsas de desperdicios por familia/habitante, etc.). f) Se exige que todas las inversiones se sometan a los “componentes” de “economía sustentable” que las supranacionales consideren y obliguen a cada gobierno firmante. g) Reducción obligatoria del gasto de las Fuerzas Armadas, de cada uno de los países, para subvencionar políticas de imposición de ideologías de género, propaganda/promoción de políticas ecologistas, sanitarias, sociales, etc. y, h) Se indica que las familias y el derecho al trabajo (demanda laboral) deben ser “supervisados/controlados” por los Estados. En conclusión y tal como se puede apreciar en esta muestra, la clara intención de imponer el globalismo, obviamente de izquierda, con la imposición de un pensamiento único, un gobierno único, una religión única, un concepto de familia único, etc. la imposición de la ideología de género y el claro control por ciertos “Estados” (ya se imaginarán cuáles son) y por ciertos organismos internacionales (también ya se imaginarán cuales son), de los diversos Estados en el mundo, no es otra cosa que un sometimiento de los países que han suscrito este “Pacto del Futuro”, a una especie de gobierno global que impondrá su voluntad y “visión” de futuro a todo el mundo. Es el “gran Hermano” de Orwell en su versión siglo XXI y no “1984”. En este “sistema” controlista globalizado firmado por el canciller, sin la menor consulta ni el más mínimo debate, faltando el respeto al pueblo peruano. Es por ello que el Congreso debe convocar de inmediato al Canciller para dar explicaciones y dar un paso atrás en la suscripción de esta infame “camisa de fuerza” a la soberanía peruana, hasta que se debata como debe ser. De lo contrario, el futuro del Perú estará sometido a los intereses y voluntad de ciertos Estados, y del nefasto globalismo izquierdista. Y ello no se debe permitir.